lunes, 17 de febrero de 2020

Araña (Chile-Argentina/2019). Dirección: Andrés Wood. Elenco: Mercedes Morán, María Valverde, Marcelo Alonso, Felipe Armas, Pedro Fontaine, Caio Blat, Gabriel Urzúa. Guión: Guillermo Calderón. Fotografía: Miguel Littin. Edición: Andrea Chignoli. Sonido: Ricardo Reis. Distribuidora: Cinetren. Duración: 105 minutos. Salas: Arte Multiplex, Cinépolis Recoleta, Cinépolis Rosario, Atlas Flores, Showcase Norte, Showcase Córdoba, Hoyts Quilmes, Espacio INCAA Villa Regina, Espacio INCAA Trenque Lauquen.


Por Hernán Cortés

El inicio de Araña transcurre en el Chile contemporáneo, aquel Chile que en 2019 desnudó sus contrastes y desigualdades a los ojos del mundo. En pleno Santiago, un hombre que arrebata una cartera es perseguido por un conductor que lo atropella y mata. Luego se sabrá que Gerardo, el justiciero anónimo, perteneció a un grupo nacionalista durante el gobierno de Salvador Allende y su reaparición reabre algunas grietas en sus ex compañeros Inés y Justo.


El film de Andrés Wood (Machuca, Violeta se fue a los cielos) se propone revisar un pasado aun candente, además de advertir sobre una posible vigencia de la extrema derecha. Próspera empresaria en la actualidad, Inés (Mercedes Morán) estuvo enamorada de Gerardo (Marcelo Alonso) pero terminó casada con Justo (Felipe Armas), quien padece algún desequilibrio mental quizás por no saber "acomodarse" como su esposa. Ellos tres integraban el Movimiento Patria y Libertad, que realmente existió y se dedicaba a barrer violentamente con el comunismo, pero también formaban un triángulo amoroso que interfirió en sus objetivos políticos. Ahora, Inés intentará neutralizar a Gerardo (lo hace encerrar en un neuropsiquiátrico) para resguardar su imágen.

Presentada en la sección Horizontes Latinos del último Festival de San Sebastián, esta coproducción chileno-argentina está narrada en dos líneas temporales. A través de flashbacks se van conociendo las circunstancias que separaron a Inés y a Justo de su compañero y cómo éste fue obligado a sacrificarse por "la causa". Correcta en todos sus rubros y sin llegar a ser solemne, Araña está teñida de una sobriedad que resiente el resultado final (Morán apenas cumple, lo mismo que el resto del elenco), y la presunta demencia de Gerardo tampoco está demasiado explotada (hay una subtrama con una médica que no funciona del todo, al igual que una ampulosa secuencia final). Así y todo, vale el intento de Wood por poner sobre el tapete un pasado que, en el país vecino, parece estar más presente que nunca.

         

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