-El guionista y director Ethan Coen y el actor Michael Shannon son los principales invitados de este año.
-Niña errante, del director local Rubén Mendoza, fue la película de apertura en medio de una fuerte polémica con la vicepresidenta de la Nación, quien se retiró en plena ceremonia.
-Escasa presencia del cine argentino este año.
Por Hernán Cortés
(Desde Cartagena de Indias)
A las puertas de sus 60 años de vida (los cumplirá en 2020), no será esta una edición más para el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI). El evento cinematográfico más longevo de Latinoamérica, que comenzó el miércoles 6 y se extenderá hasta el lunes 11, estrena no solo director artístico, sino también un rediseño en su estructura. La medida más notoria que tomó Felipe Aljure, el flamante coordinador, fue eliminar las premiaciones y dividir la grilla en secciones temáticas, todo un giro para un festival tradicionalmente conformado por competencias locales, latinoamericanas e internacionales.
Los nuevos apartados –Migración y mestizaje, Ficciones (de aquí, de allá y de acullá), Documentes, Guerra y paz y Hace calor son algunos de ellos– apuntan a conformar una muestra inclusiva y con fuerte impronta regional, aunque siempre a riesgo de que la programación quede un tanto dispersa. Por ejemplo, ficciones y documentales que quedan agrupados bajo un mismo paraguas o ficciones con sección propia pero sin un criterio definido. La apuesta de Aljure, quien para seleccionar los 230 títulos finales se apoyó en un equipo de programadores multidisciplinario, no deja de ser un gesto. Resultará un desafío para aquellos que suelen armar su itinerario cinéfilo en base a secciones más “conservadoras”.
Pero un festival se sostiene por el peso de sus películas y, divisiones al margen, la calidad de la oferta del FICCI afortunadamente no sufrió modificaciones. Como prueba está Niña errante, película del director colombiano Rubén Mendoza que inauguró en el imponente Centro de Convenciones Julio César Turbay esta 59ª edición. Esta road movie se centra en un grupo de hermanas y hermanastras –con el punto de vista en Ángela, la menor– cuyo padre ha muerto repentinamente y que emprende un periplo en el que quedarán expuestos miedos, angustias y dudas entre ellas, con un despertar sexual de la protagonista como leitmotiv. Un film cautivante que resultó un más que promisorio puntapié inicial.
La ceremonia previa tuvo una fuerte polémica: a los chiflidos que sufrió durante su alocución la vicepresidenta colombiana Marta Ramírez, se sumó luego un encendido y contestatario discurso de Mendoza que provocó insultos entre el propio público (un grupo encabezado por la propia Ramírez abandonó la sala).
Volviendo al cine, a la altura del evento también están los invitados. En esta oportunidad pisarán Cartagena el actor Michael Shannon y el director Ethan Coen, quienes serán homenajeados con sendas retrospectivas y brindarán conversatorios con el público. El director Víctor Gaviria será objeto de otro de los tributos, donde podrán verse Rodrigo D No futuro y La vendedora de rosas, dos registros de una Medellín que durante las décadas de los '80 y los '90 hervía de violencia.
La producción colombiana atravesará las distintas secciones. En Migración y mestizaje –el eje principal del festival– está Vendo pipas (Juan Diego Aguirre Gómez), que exhibe las tensiones entre colombianos y venezolanos recién exiliados. Por su parte, en la abultada Ficciones, que integra largometrajes de “aquí”, de “allá” y de “acullá” (sic), figuran Monos (Alejandro Landes), que hace foco en un grupo guerrillero; Los silencios (Beatriz Seignemartin), coproducción con Brasil y Francia que narra la vida de una mujer y su pequeño hijo en un pueblo de la Amazonia colombiana; y Los días de la ballena (Catalina Arroyave), sobre una pareja de opuestos sociales que se conoce en las calles de Medellín. Cabe mencionar que esta heterogénea sección incluye también a Hotel by the River, el último trabajo del coreano Hong Sang-soo centrado en un encuentro entre un poeta presuntamente enfermo y una joven que intenta dejar atrás un fracaso amoroso, y a Dogman, el más reciente film del italiano Matteo Garrone, que retrata el vínculo entre un peluquero canino y su hija.
Si bien en otras ediciones Argentina tuvo fuerte presencia, este año apenas un puñado de películas de nuestro país se dispersa por la grilla del FICCI. En la sección Guerra y paz aparece Teatro de guerra (Lola Arias); en Cine y adolescencia, Amor urgente (Diego Lublinsky); y en la sección de cortos Onda corta, Los áridos (Jorge Sesán) son algunos de los que resaltan.
Otra arista es Documentes, que está repartida entre Hecho en casa, Algo que declarar y Globo y presenta diversas no ficciones nacionales e internacionales. El color local se hace presente en “De indias”, que reúne trabajos regionales, y en Hace calor, un compendio de la producción centroamericana (aquí se destaca la dominicana Miriam miente, de Natalia Cabral y Oriol Estrada), mientras que además habrá focos dedicados a Brasil y España. Completan esta renovada fiesta cinéfila actividades como el programa Cine en los Barrios y el espacio dedicado a la industria que se denomina Puerto FICCI.
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