jueves, 28 de enero de 2016

Multipremiada en festivales de género, se estrena en nuestro país "La casa del fin de los tiempos". Entrevista con Alejandro Hidalgo, su director.

Por Hernán Cortés

Al igual que lo que sucedió en su momento con la uruguaya La casa muda (2010), película filmada con escaso presupuesto que llegó a Cannes y se transformó en un pequeño boom, otra "casa" es el nuevo fenómeno del cine de terror latinoamericano. Se trata de La casa del fin de los tiempos, primer film de género producido en Venezuela y éxito de taquilla en su país (625 mil espectadores), superando a tanques holliwoodenses como Sexto sentido. Luego de ganar una docena de premios en festivales temáticos, la película de Alejandro Hidalgo se estrena esta semana en Argentina.

Alejandro Hidalgo, director de "La casa del fin de los tiempos"
La casa del film de los tiempos maneja dos lineas temporales. La primera sucede en 1981, cuando Dulce, una madre de familia que habita un caserón en Caracas, despierta y descubre que su marido y su hijo están muertos. Por el hecho, es acusada de asesinato y pasa los próximos treinta años en la cárcel. En 2011, luego de cumplir su condena, Dulce decide regresar a la casa para resolver el misterio. Intercalando pasado y presente, Hidalgo logra un relato de terror psicológico que requiere máxima atención para que todas las piezas encajen.

"La primera idea que me llegó a la mente fue el giro, que no podemos mencionar porque es spoiller (risas), y me pareció fascinante porque daba una nueva hipótesis sobre los encuentros sobrenaturales que podamos tener frente a apariciones", cuenta el director, de paso por Buenos Aires para presentar la película.

- ¿Cuál creés que fue la clave del éxito de La casa...? 
-  Creo que es una premisa excitante y que eso es lo que ha impactado al público, porque eso es lo que le dio el éxito en Venezuela y en otros países. La gente se sorprende mucho porque empieza a atar cabos o armar las piezas cuando llega el giro, ya que ahí están presentes todos los pasajes de la historia. Eso fue lo más difícil a la hora de escribir el guión, porque lo que yo quería era vincular este giro con las convenciones del terror y del suspenso, y al mismo tiempo quise plasmar una historia humana, que retrate personajes de carne y hueso con dilemas y conflictos. Fue un trabajo duro, que me llevó  dos años y medio para terminar la versión final de la película.

- ¿Qué influencias reconocés dentro del género?
- Hay muchas influencias que conjugan películas del género con otras, con elementos de viajes como Terminator o Volver al futuro, clásicos como Los inocentes o The haunting, obras de Hitchcock y Kubrick, y me gusta también la linea narrativa de directores españoles como Alejandro Amenabar, Guillermo del Toro y Juan Antonio Bayona, que traen la linea del terror pero con personajes humanos. No quise presentar una película cargada de gore y sangre, sino que el terror estuviese basado en el miedo a lo desconocido.

- ¿Cómo fue el proceso de financiación y producción?
- La película contó con el apoyo del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía de Venezuela. Se hizo con unos 300 mil dólares, que parece mucho dinero pero el maquillaje solo costó 15 mil. Para eso contamos con el argentino Alex Matheus, que trabajó en El secreto de sus ojos. Tratamos de maximizar los recursos pero fue muy complejo, pero estoy muy contento con el resultado. La película se hizo universal, ha tenido distribución en muchos países, se ha doblado hasta en japonés. Contó con lo mínimo necesario que tiene que tener el empaque visual de una película de terror. El desafío fue escribir un guión muy sólido, con bajo presupuesto, generar un climax, un diseño sonoro acorde y una buena resolución.

- La casa es un protagonista más del film, ¿cómo elegiste las locaciones? 
- Hay dos casas. La casa de las videntes está en una zona muy humilde de Caracas, que es El Paraíso, y la casa de la familia. Ahí vivió un ex oficial del ejercito famoso por torturar gente, lo que hizo que la casa tenga esa atmósfera y sus propias leyendas.

- ¿Qué nos podés contar sobre los actores?
- Ruddy Rodríguez es una estrella. Fue Miss Mundo, protagonizó muchas novelas y es muy querida en Venezuela. Por su parte, Gonzalo Cubero es un ícono del cine venezolano, protagonizó como treinta películas.

- En Argentina se conoce poco del cine venezolano, ¿cómo es filmar allí?
- El crecimiento cinematográfico en Venezuela ha sido extraordinario desde que se aprobó una ley en 2005, en la que pelearon los gremios de nuestros productores, que hace que nos venga un fondo de la industria privada para financiar las películas, Esto incrementó el número de producciones y realizadores. Permitió también que entrarán otros géneros y  que desde 2010 fueron reconocidas en varios festivales, como el caso de Pelo malo (ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián 2013) y Desde allá (obtuvo el León de Oro en la última edición de Venecia). El crecimiento estuvo demostrado en tres factores: la taquilla nacional, los premios en festivales y la distribución internacional. En el caso de La Casa..., tuvimos distribución en Netflix y este el octavo país al que vamos a presentarla.



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