lunes, 23 de febrero de 2015

De tanto en tanto, la cultura popular otorga carácter de mito a ciertos personajes que, teniendo las condiciones para ser los mejores en lo suyo, no pudieron o no quisieron. Se trate de la disciplina que se trate, muchas de esas historias de incomprendidos y/o autoboicoteados son fascinantes, generalmente rescatados por algún consagrado que -rara vez en vida- los da a conocer al gran público. La literatura, por ejemplo, arrojó varias docenas de talentos truncos. Néstor Sánchez fue uno de ellos.

Nacido en Villa Pueyrredón a mediados de la década del 30 y fallecido en ese mismo barrio en 2003 luego de peregrinar por Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, Néstor Sánchez es un desconocido incluso para muchos lectores fervorosos. De él se dijeron algunas cosas como para crear una pequeña leyenda: que no había separación entre su vida y su obra, que su novela “Nosotros dos” (1966) es una de las más grandes creaciones de la literatura argentina, que se entregó al esoterismo, que pasó los últimos años de su existencia como un homeless y que, de no ser por el mecenazgo de Julio Cortázar, hubiese permanecido en el ostracismo más recalcitrante. Se acabó la épica, documental a cargo de Matilde Michanie, llega para poner algo de luz sobre este escritor maldito.

Más allá de algunas fotos y grabaciones de sus textos, casi no hay material de archivo de Sánchez, por lo que Michaine construye su figura a través de quienes lo rodearon: se escuchan palabras de su psiquiatra, de sus familiares y de sus colegas (se comprende rápidamente quien habla, pero no hubiese estado de más algún zócalo aclaratorio). Estos testimonios confirman el costado más ajetreado de Sánchez (su inestabilidad emocional,sus abusos con el alcohol, su indigencia en el extranjero) pero es meritorio el empeño de la directora  para evitar que el personaje opaque al escritor.

Lo único reprochable de Se acabó la épica (una expresión de Sánchez cuando acusaba falta de inspiración) es el riesgo de convertirse en un documental únicamente compuesto por cabezas parlantes. En algunos casos, los entrevistados -por ejemplo, la ex esposa de Sánchez- se explayan demasiado tiempo, por lo que el espectador puede perder el hilo. Acaso para agregar dinamismo, hay un gran trabajo de fotografía, donde se intercalan imágenes de lugares donde vivió Sánchez, como la nieve de Nueva York o la arquitectura de París.

Está claro que Michaine (quien en otro documental también supo retratar a la boxeadora Marcela “Tigresa” Acuña) no quiere seguir alimentando el mito del “escritor linyera”.  Sánchez dejó además una obra, como la citada “Nosotros dos” y otros libros que reciben comentarios elogiosos, y este documental, con sus altas y sus bajas, es una estimulante oportunidad para descubrirla.



Se acabó la épica se estrena este jueves 26 en el cine Gaumont, a las 15.40 hs y 21.10 hs 


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