viernes, 5 de julio de 2024

La culpa de nada (Argentina/2024). Dirección: Victoria Hladilo. Elenco: Manuel Vignau, Julieta Petruchi, Victoria Hladilo, Julián Doregger, Débora Zanolli, Martín Tecchi, Leonardo Azamor, Amalia Dalí. Guión: Victoria Hladilo. Fotografía: Lucas Schiaffi. Edición: Paula Rupolo, Victoria Hladilo. Sonido: Gabriel Ruiz Díaz, Lucas Echeverría, Ignacio Viano. Distribuidora: Santa Cine. Duración: 97 minutos. Salas: Sábados a las 19 hs en Cine Arte Cacodelphia.

Por Hernán Cortés

El subgénero cena-con-amigos se ha transformado en un recurso habitual dentro de la comedia. Se trata de aquellas reuniones de parejas (generalmente heterosexuales, generalmente de clase media acomodada) en principio cordiales pero que con el correr de las horas afloran secretos, mentiras y reproches cruzados. La ópera prima de la actriz y dramaturga Victoria Hladilo no escapa a esa dinámica. Aunque la cena en cuestión parece postergarse ad infinitum, esos amigos (que portan algunas miserias a cuestas) transforman ese compás de espera en un campo de batalla.

 

Basada en la obra de teatro homónima que Hladilo dirigió entre 2016 y 2020, el disparador de La culpa de nada es un viaje a las sierras cordobesas de cuatro amigos de treinta y pico, al que se suma la flamante novia de uno de ellos. Algo de lo que pasó allí -y que la película opta por mantener velado- será crucial en lo que sucederá después. Corte, y una vez vueltos a Buenos Aires es el cumpleaños de Mariano (Manuel Vignau), quien está casado con Andrea (Julieta Petruchi) y es padre de una bebé pero no tiene muchas intenciones de madurar. Así y todo, Andrea, con quien no pasa por la mejor etapa de la relación, decide hacerle un festejo sorpresa con la complicidad de sus amigos. Pero Mariano nunca llega...

Bajo la superficie de la comedia, la directora propone una lectura entre líneas de la peor cara de la masculinidad, aquella donde la irresponsabilidad, el maltrato y la manipulación se mantienen a la orden del día. A excepción de uno que parece un poco más conciliador, los amigos de La culpa de nada (un título que juega con la idea de no hacerse cargo) son desagradables, orgullosamente misóginos ("Perdón por no estar deconstruidos", se justifica sarcásticamente Mariano), adultescentes que priorizan una salida con lo' pibe' por sobre sus familias. Conforme se vaya aclarando el conflicto los agravios llegarán a un punto de no retorno.

El problema es que los personajes femeninos están al borde del cliché: la primeriza insegura, la italiana fogosa, la neurótica con aires de superioridad (interpretada por la propia Hladilo). El saldo parece ser, entonces, un fresco de cierto sector social en plena crisis de la mediana edad, donde hay corazas que no pueden ocultar inseguridades y el desprecio por el otro/a es un arte. Es que la crueldad, dicen, hoy está de moda.

 

        

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