lunes, 3 de octubre de 2016

La última fiesta (Argentina/2016). Dirección: Nicolás Silbert, Leandro Mark. Elenco: 
Nicolás Vázquez, Alan Sabbagh, Benjamín Amadeo, Eva de Dominici, Julián Kartún, César Bordón, Roberto Carnaghi, Julián Lucero, Sebastián Presta, Paula Carruega, Ezequiel Campa, Luciano Rosso, Fabián Arenillas, Ernesto Claudio. Guión: Lucas Bucci, Nicolás Silbert, Tomás Sposato, Agustina Tracey. Fotografía: . Edición: . Música: Distribuidora: Energía Entusiasta. Duración:  98 minutos. Salas: .

Por Hernán Cortés

Tras debutar en la pantalla grande con una película estudiantil (Caídos del mapa, de 2013), los directores Nicolás Silbert y Leandro Mark incursionan ahora en una fórmula que tan bien funcionó en la nueva comedia norteamericana y que tiene como mayor exponente a la saga de ¿Qué pasó ayer? y derivados como Proyecto X. Esto es: un grupo de amigos "adultescentes" con perfiles bien claros (el canchero, el looser, el freak) organiza un fiesta repleta de excesos, cuyas consecuencias derivan en robos, engaños y persecuciones.


Escrita a ¡ocho! manos (Silbert y tres guionistas), La última fiesta tiene como protagonistas al trío compuesto por Alan (Nicolás Vázquez), Dante (Alan Sabbagh) y Pedro (Benjamín Amadeo). Se conocen desde chicos y ahora, ya pasados los treinta, a Dante lo abandona su novia, harta de una relación sin futuro. Para levantarle el ánimo, Alan se pone al frente de un festejo multitudinario en una mansión que está por vender (es agente inmobiliario). Allí hay, claro, alcohol, chicas, descontrol, pero por sobre todas las cosas, un cuadro del dueño de casa, que en medio de la noche desaparece. A partir de allí, los tres amigos saldrán en búsqueda de la valiosa obra y se toparán con un sinfín de situaciones desopilantes.

Como era de esperar en una producción de estas características, la película cuenta con un gran despliegue técnico (incluso hasta se permite algún encuadre ingenioso), pero es bastante dispar en cuanto a lo interpretativo (si bien se destaca el cada vez más sólido Sabbagh, no puede decirse lo mismo de Vázquez y Amadeo) y tampoco funcionan del todo algunos personajes laterales (un grupo de raperos groseramente impostado, un traficante que parece salido de un sketch de Capusotto). Ramplona en muchos de sus gags, hay, sin embargo, momentos en que La última fiesta logra arrancar algunas risas. Al menos por ese lado, el objetivo está cumplido.


         


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