La burbuja (Argentina/2023). Dirección: Miguel Ángel Rocca. Elenco: Jorge Marrale, Victoria Almeida, Leandro Tort, Carlos Kaspar, Ailín Zainovich. Guión: Santiago Ambao. Fotografía: Agustín Tedi Álvarez. Edición: Anabela Lattanzio. Sonido: Maximiliano Gorriti. Distribuidora: Cinetrén. Duración: 88 minutos. Salas: Gaumont, Hoyts Abasto, Showcase Norcenter, Multiplex Belgrano, Cinepolis Pilar, Avellaneda y Mendoza.
Por Hernán Cortés
A casi cuatro años de su irrupción, podría decirse que el Covid-19 tuvo escasos correlatos en el cine argentino. Con excepción de algún ensayo documental durante el encierro y algunas referencias diseminadas en el terreno de la ficción, el virus prácticamente pasó inadvertido por nuestras pantallas. Tampoco podría afirmarse que La burbuja, cuarto trabajo de Miguel Ángel Rocca, sea una película sobre la pandemia, pese a su alusivo título y a que ya en su primera escena vemos a una familia retenida en la entrada de un pueblo en fase de aislamiento. Lo que el director hace es servirse de la emergencia sanitaria para derivar en un escenario distópico y posapocalíptico, aunque los resultados no son los mejores.
Daniela (Victoria Almeida), Jorge (Leandro Tort) y sus dos hijos llegan de urgencia a la estancia donde vive Roque (Jorge Marrale), el padre de ella, que ha sufrido un accidente doméstico. Daniela piensa que lo mejor es que se lo lleven a vivir con ellos, pero Roque, un tipo parco y huraño, no parece dispuesto a moverse. Con la cuarentena declarada, a la familia no le queda otro remedio que instalarse allí. Las noticias que llegan son alarmantes: hay escasez de alimentos y nafta y cortes de energía en todo el país.
Entre el mutismo de su padre, las reiteradas ausencias de su marido (que supuestamente va al pueblo a surtirse de víveres) y el aburrimiento de sus hijos, Daniela -que para colmo arrastra algún trauma del pasado- sobrelleva la situación en soledad. Ese infierno privado le da a la película un clima de misterio, pero conforme avanzan los acontecimientos el asunto se va volviendo cada vez más inverosímil (en tiempos de fake news, ¿la única fuente de información de Daniela es Jorge? ¿Solo pueden salvarse escapando al Uruguay? ¿Qué harán una vez allí?) y la resolución -que se anuncia de una manera un tanto obvia- llega cuando ya no queda mucho por hacer.
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