miércoles, 27 de julio de 2016

El francesito (Argentina/2016). Dirección: Miguel Luis Kohan. Elenco: Joaquín Pichon Rivière, Alfredo Moffatt, 
Ana Quiroga, Juan José Stagnaro, Estela Baistrocchi
, Vicente Zito Lema, Kosice, Horacio Carbone. Guión: Miguel Luis Kohan. Fotografía: Miguel Luis Kohan. Edición: Rosario Cervio. Música: Gustavo Pomenarec. Distribuidora: Independiente. Duración: 85 minutos. Salas: BAMA.

Por Hernán Cortés

Aún quienes no estén familiarizados con el universo del psicoanálisis sabrán que Enrique Pichon-Rivière fue una eminencia en la materia no sólo en Argentina -país que a su vez fue una usina de especialistas-, sino a nivel mundial. En este documental, Miguel Kohan -que además es psicoanalista- intenta reconstruir vida y obra del "Francesito" (como lo llamaban sus amigos de la infancia) a través de testimonios de quienes se vincularon profesional y sentimentalmente con él.


Pese a que se utiliza mayormente el recurso de cabezas parlantes (entre los entrevistados están su hijo Joaquín, el escritor Vicente Zito Lema y el cineasta Juan José Stagnaro) y algunos pocos archivos, la película también destaca aspectos poco conocidos en la vida de Pichon, como su crianza en Chaco y Corrientes. Esta etapa, en la que la familia se trasladó desde Francia por un emprendimiento textil del padre, se considera decisiva para la posterior incursión de Pichon en la psicología social. En función de esto, Kohan se permite correr el escenario de consultorios y claustros -que también están, claro- a locaciones abiertas como esteros, bañados y demás regiones del Litoral (hay aquí un acertado trabajo de fotografía).

Otra de las zonas que explora El Francesito es la fascinación de Pichon por poetas malditos como Rimbaud, Artaud y el Conde de Lautréamont -de quienes rescataba su "locura" como motor creativo- y los conflictos de su propia psiquis a la hora de relacionarse afectivamente (se casó tres veces).

Sin intención de trazar una biografía lineal, Kohan alterna entre el dato riguroso y el suceso pintoresco. El documental no aclarará demasiados conocimientos académicos acerca de los métodos y técnicas de Pichon (es una lástima que su voz se escuche apenas en una grabacion encontrada), pero resulta una lograda aproximación a un referente y visionario. En definitiva, un "loco" lindo. 



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