Ayer sábado finalizó el encuentro de cine argentino –
europeo, en el que se premió con el Balance de Oro a Elefante blanco, dirigida
por Pablo Trapero y protagonizada por Ricardo Darín. En su novena edición, el
festival alcanzó la concurrencia record de 27.000 espectadores, cuando todavía
hoy quedan chances de ver algunas repeticiones.
A continuación, un repaso de algo de lo que se pudo ver:
- Marea baja (Paulo Pécora) : En los últimos años, el cine
argentino arrojó un puñado de películas con el Delta como escenografía (La león
, de 2007, Caño dorado, de 2011, y Todos tenemos un plan, de 2012, con Viggo
Mortensen en el papel principal). Como en aquellas, la atmosfera de Marea baja
es intrigante. Poco se sabe de Pascual (Germán de Silva), que llega a una de
las islas ocultandose de algo o alguien. Con el correr de los minutos, se
develará que se quedó con un “vuelto” y que vienen tras él. Para esto, se
oculta en un caserón regenteado por dos mujeres. Allí, la trama se enrrarece
cada vez mas y, con pocas palabras y muchas sugerencias, la película logra
crear suspenso en su breve duración (73 minutos)
- 90 minutos (Eva
Sorhaug): Quien piense que Noruega es un país apacible cambiará de opinión
luego de ver esta película. Tres historias distintas que encierran tres
asesinatos por consumarse. ¿Que pasa con los victimarios durante la hora y
media anterior a los hechos? Un obsesivo ejecutivo, un drogadicto maltratador y
un policía retirado son los protaginistas de este film que no explicita causas
ni consecuencias.
- La Compañia Orheim (Arlid Andersen): Nuevamente Noruega
ofrece una historia violenta, con el alcoholismo como leit motiv. Un padre
entregado a la bebida intenta que su mujer y su hijo adolescente sucumban ante
sus delirios militares, imaginando que su familia es una compañia, como lo
especifica el título. Pero Jarled, el muchacho, no se la hará tan facil. Gran
película, basada en una novela de Tore Renbergs
- Parar a mitad de camino (Andreas Dresen): Película alemana
que narra el deterioro de un hombre de mediana edad al que le diagnostican un
cancer incurable. La suerte está echada y solo quedan unos meses de vida. ¿Cómo
lo toma la familia? ¿Qué reacción tienen su mujer y sus hijos? ”Esto le puede
pasar a cualquiera” es la frase que queda flotando una vez consumado el
descenlace, en una historia que no apela, por suerte, a sensibilerías baratas.
- El casi hombre (Martin Lund): Los 35 años son, para
algunas personas, un limbo entre la juventud y la adultez. ¿Demasiado jóven
para ser un viejo, demasiado grandulón para ser un chico? A esa edad, Henrik (Henrik
Rafaelsen) se entera que va a ser padre, pero dado su comportamiento, aún no
está preparado para serlo: sigue tontendo con su novia, yéndose de fiesta con
los amigos y tomándose livianamente un importante empleo, aunque ninguna de
estas actividades son realizadas con total convicción. Un film que muestra
tiernamente el adiós a una etapa.
- Matrimonio (Carlos Jaureguialzo): Título ambicioso con dos
pesos pesados como elenco, pero las expectativas se quedan a mitad de camino. Una
nueva película sobre la crisis de la mediana edad que poco aporta. Un día en la
vida de la pareja compuesta por Esteban (Darío Grandinetti), un neurótico
publicista que sufre un bloqueo creativo, soporta los retos de su madre e
imagina que su mujer lo engaña, y Moly (Cecilia
Roth), una compositora depresiva que efectivamente tiene una aventura, pero ni
sabe por qué. La trama atraviesa dos historias paralelas que se cruzan en el
final y, por mas que sus protagonistas den todo de sí, el film tiene gusto a
poco.
0 comentarios :
Publicar un comentario