martes, 27 de febrero de 2024

Secretos de un escándalo (Estados Unidos/2023). Dirección: Tod Haynes. Elenco: Natalie Portman, Julianne Moore, Charles Melton, Cory Michael Smith, Charles Green, Gabriel Chung. Guión: Samy Burch, Alex Mechanik. Fotografía: Christopher Blauvelt. Edición: Affonso Gonçalves. Sonido: Thibault Arnold. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 153 minutos. Salas: .

Por Hernán Cortés 

Vale para los actores, pero también para periodistas o biógrafos: hay que tener cuidado cuando se investiga una vida ajena porque se corre el riesgo de no salir indemne del proceso. El riesgo de mimetización, de perder la perspectiva, de fundirse con el personaje más de lo deseado, siempre está. Es lo que parece sucederle a Elizabeth Berry (Natalie Portman), una actriz con cierta fama televisiva que se apresta a dar un salto en su carrera: interpretar a Gracie Atherton-Yu (Julianne Moore), una maestra que en 1992 protagonizó un escándalo por tener un romance con un chico de trece años cuando ella había pasado los treinta, lo que le valió una temporada en prisión.

 

Tod Haynes sitúa este ejercicio de metacine en 2015, cuando parece haber corrido mucha agua bajo el puente. De hecho, Gracie y Joe (Charles Melton), el otrora adolescente y ahora casi cuarentón, finalmente se casaron y tuvieron tres hijos. Puertas afuera aparentan ser una familia feliz, ¿pero lo son realmente? Cuando Elizabeth comienza a visitar al clan Atherton-Yu para inspirarse y "empaparse" del personaje, el hogar vive un clima de ansiedad dado que los dos hijos menores de la pareja están por graduarse en la preparatoria. 

La película prescinde de cualquier recurso de flashback que reconstruya el caso, pero el espectador va tomando noción de lo sucedido -además de lo que se detalla en la sinopsis- a través de la indagación de Elizabeth, que observa las dinámicas familiares y recoge testimonios del entorno de Gracie (incluidos su ex marido y el hijo que tuvo con éste, a quienes abandonó por Joe). Ese trabajo de campo dejará al descubierto heridas que aún no cicatrizaron.

Tal como lo hizo en Carol (2015), Haynes pone nuevamente en el centro de la escena a dos notables actrices, en este caso Moore y Portman, que se miden en una esgrima constante de recelos y desconfianza. Por un lado Gracie, a quien la presencia de la actriz le remueve recuerdos que quisiera dejar atrás, y por otro Elizabeth, que la composición de su personaje irá carcomiendo su aparente seguridad. El director dosifica la información para que ese castillo de naipes construido por el matrimonio se derrumbe y afloren fantasmas como el abuso, la manipulación y la pérdida de la inocencia, dando como resultado es una película tan sugerente como provocadora.


          

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