La película de Lucía Murat se presentó en la sección Galas y ahonda en el vínculo entre una joven psicóloga y una paciente en un contexto social violento. "La clase media es responsable de muchas de las cosas que pasan en mí país", dice la directora.
Por Hernán Cortés
(Desde Lima)
Las tensiones entre dos universos opuestos y la alienación que acarrea una sociedad violenta son las ideas centrales de Plaza París, la reciente película de la directora brasileña Lucía Murat, que integra la sección Galas del Festival de Cine de Lima. La trama se centra en las sesiones entre una joven psicóloga que está haciendo prácticas para una maestría y la asensorista de la universidad, habitante de una favela y marcada por un padre abusador y un hermano traficante. Ayer, tras la proyección, Murat participó de un conversatorio en el que no solo habló de su film, sino también de la situación social y cinematográfica de su país.
"La película está basada en un caso real", explica Murat. "Una amiga de mi hermana trabaja en un centro terapeutico donde se atiende a gente pobre y muchas veces las psicólogas son alumnas de la universidad que están terminando sus estudios y no habían tenido contacto previo con esta violencia".
En el film -coproducido junto a Argentina y Portugal, y con un pequeño rol de nuestro actor Marco Antonio Caponi- la situación supera a la inexperta terapeuta, que comienza a padecer alucinaciones al mismo tiempo que su paciente se vuelve cada vez más demandante. El clima enrarecido de la historia, que incluye elementos fantásticos, se debe al aporte de Raphael Montes, un escritor de thrillers que colaboró con el guión. "No es un thriller clásico, ya que nunca trabajo con géneros. Yo diría que es ambivalente", advierte Murat. "Lo que sí es que la violencia siempre está presente en mis películas, por una cuestión de mi pasado. Yo estuve presa cuatro años durante la dictadura que hubo en Brasil. Sería muy difícil para mí hacer una comedia romántica".
Si el contexto sociopolítico no resulta alentador en Brasil ("La clase media, con su inacción, es responsable de muchas de las cosas que pasan allí", sentencia la directora), Murat tampoco es optimista respecto a la actualidad de la industria cinematográfica: "Con el cambio de autoridades el año pasado en Ancine, la agencia que regula y financia la actividad, se privilegió el cine comercial, con muchas comedias machistas e idiotas, por lo que el cine de autor quedó relegado".
miércoles, 8 de agosto de 2018
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