jueves, 4 de mayo de 2017

Fin de semana (Argentina/2016). Dirección: Moroco Colman. Elenco: María Ucedo, Sofía Lanaro, Lisandro Rodríguez, Eva Bianco, Jean Pierre Noher. Guión: Moroco Colman, Andrea Gigena, Sofía Castells. Fotografía: Gustavo Biazzi, Fernando Locket, Pablo González Galetto. Edición: Rosario Suárez. Sonido: Jésica Suárez. Distribuidora: Cine Tren. Duración: 74 minutos. Salas: 
Gaumont, Hoyts (Abasto, Unicenter, Quilmes, Rosario, Patio Olmos-Córdoba), Cinemark (Puerto Madero, Malvinas  Argentinas), Showcase Córdoba,  Village (Avellaneda, Rosario, Mendoza), Cine Dino Mall (Alto Verde Córdoba), Cine Dino Ruta 20 (Córdoba)    

Por Hernán Cortés

Nada está muy claro en el inicio de Fin de semana. Ni por qué Carla (María Ucedo), una mujer de unos cincuenta años que acaba de bajarse del avión, se instala en una residencia familiar de Villa Carlos Paz, ni cuáles son las razones por la que la visita genera un clima hostil en los anfitriones, sobre todo en Martina (Sofía Lanaro), la menor del grupo. Se advierte que hubo un fallecimiento de alguien cercano y que hacía bastante tiempo que Carla no se aparecía por allí.


Hablar de Nuevo Cine Cordobés para referirse a la película sería, como mínimo, poco atinado: además de que la etiqueta suene a esta altura un tanto añeja, la locación del film parece circunstancial, ya que el elenco es en su mayoría porteño (a excepión de la debutante Lanaro) y la característica tonada apenas se escucha. Pero el primer opus de Moroco Colman -que pasó recientemente por el Bafici- cuenta con más de una particularidad. No sólo porque el origen del director -DJ en los años 90, con formación en arquitectura- represente un dato de color, sino también por las búsquedas estéticas empleadas, especialmemte en el tratamiento fotográfico, que va cambiando conforme avanza el relato

Así, mientras el primer tramo transita una zona misteriosa se utiliza el opresivo formato 1.33:1 (que muestra una pantalla cuadrada). A medida que se van develando algunas incognitas, va abriéndose al 2.35:1. Y, ya con las cartas sobre la mesa, el 1.85.1 acompaña hasta el final. Mérito de los tres DF (entre los que se encuentra el siempre solvente Fernando Locket), la transición resulta tan fuída que el espectador prácticamente ni lo advierte. 

De todas maneras, por fuera de estos recursos formales hay una historia que se sostiene por peso propio. La inteligencia de Colman para dosificar la información y a las sólidas interpretaciones de Ucedo y Lanaro (esta última, toda una revelación) son también virtudes de este film de segundas oportunidades.

          

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