miércoles, 28 de octubre de 2015

El almuerzo (Argentina/2015). Dirección: Javier Torre. Elenco: Pompeyo Audivert, Alejandro Awada, Roberto Carnaghi, Arturo Bonín, Jean Pierre Noher, Lorenzo Quinteros, Mausi Martínez. Guión: Javier Torre. Fotografía: Oliverio Torre. Sonido: Gaspar Scheuer. Edición: Enrique Zalcman. Duración: 85 minutos. Salas: Hoyts Abasto, Showcase Norte, Showcase Haedo, Showcase Rosario, Showcase Córdoba, Village Avellaneda, Jorge Newbwry- Lincoln, Cine Teatro Pico-Gral Pico.

Por Hernán Cortés

No habían pasado dos meses del nefasto 24 de marzo de 1976 cuando Jorge Rafael Videla convocó a un cuarteto de personalidades (los escritores Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, el padre Leonardo Castellani y Horacio Ratti, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores) para tantear (e imponer) el rol de la cultura en el periodo que se venía. Aunque los invitados luego intentaron justificarse (sobre todo Sábato), tras la reunión hubo declaraciones públicas con elogios al gobierno militar y a la "buena impresión" que les había causado Videla.


Situada en los momentos previos y el desarrollo de esa tristemente célebre comida, El almuerzo se presenta como una película de personajes, siendo Borges el eje principal. No es fácil ponerse en los zapatos de "Georgie", pero Jean Pierre Noher calca con solvencia (a veces con exageración, hay que decirlo) los modos entre displicentes y cínicos del escritor, aunque una caraterización más adecuada hubiese ayudado. Por su parte, la personalidad atormentada de Sábato es bien representada por Lorenzo Quinteros, lo mismo que Alejandro Awada encarnando a un glacial Videla.

Por más que de a ratos se acerque al teatro filmado (ese almuerzo cargado de tensión es su leit motiv), la película de Javier Torre tiene momentos interesantes, como, por ejemplo, aquella esgrima verbal entre los intelectuales donde discute sobre, entre otros, Martín Fierro y Dostoievski ante la perplejidad del dictador.

El film cuenta además con una trama paralela donde se muestra el secuestro del también escritor Haroldo Conti, intención valida ya que da cuenta del trato "diferencial" que recibían aquellos representantes de la cultura que no acordaban con el régimen. Sin embargo, los avatares que sufrió Conti quedan aquí como un mero apéndice y da la sensación de que su historia podría desarrollarse mejor en una película aparte.

La dictadura tuvo múltiples enfoques desde el cine local. Con sus virtudes y defectos, El almuerzo logró uno al menos inusual.


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