martes, 25 de septiembre de 2018

La número uno (Francia/2017). Dirección: Tonie Marshall. Elenco: Emanuelle Devos, Suzanne Clemente, Richard Berry, Benjamin Biolay, Sami Frei. Guión: Tonie Marshall, Mario Dussot. Fotografía: Julien Roux. Edición: Marie-Pierre Frappier. Música: . Distribuidora: Ifa Cinema. Duración: 105 minutos. Salas: BAMA, Lorca, Atlas Patio Bullrich, Village Recoleta, City Gral. Paz, Showcase Norte, Paradiso (La Plata), De Centro (Rosario), Showcase (Córdoba) y América (Santa Fe).


Por Hernán Cortés

Emanuelle Blachey (la talentosa y magnética Emanuelle Devos) es una exitosa ejecutiva reconocida en el ámbito empresarial no solo por su capacidad, sino también por el hecho de ser mujer en un terreno aun bajo el dominio masculino. En un foro es abordada por una influyente agrupación feminista que tiene aceitados vínculos con el gobierno y sus empresas contratistas. La carismática líder de esta red (Suzanne Clemente) impulsará a Emanuelle como futura CEO de Anthea, una compañía top cuyo director padece una enfermedad terminal y debe ser reemplazado.
 


La candidatura significa un desafío para Emanuelle y, al mismo tiempo, una demostración de fuerza en plena reivindicación de los derechos de la mujer. Pero el mandamás saliente ya tiene elegido a su sucesor (hombre, por supuesto), lo que para Emanuelle será el comienzo de una carrera de obstáculos para lograr el ansiado puesto.

La número uno tiene una doble intención. Por un lado, dejar en evidencia las dificultades que padecen -aun en tiempos de empoderamiento femenino- las mujeres para acceder a cargos gerenciales. Pero también el film se propone exponer, sin distinción de géneros, una trastienda industrial en la que los prejuicios, el lobby, la corrupción y los "carpetazos" están a la orden del día.

El problema de la película es un guión que se bifurca en demasiados puntos de vista y subtramas (los conflictos entre Emanuelle y su marido, la difícil relación de ésta con su padre, el pragmatismo del operador interpretado por Benjamin Biolay, algunas fisuras en la agrupación feminista), lo que da como resultado un relato por momentos mecanizado y falto de nervio, cuando no confuso. Es la tarea de Devos (pocas actrices cuentan con una gestualidad que transmite tanto) lo mejor de esta propuesta un tanto fría en lo que intenta denunciar.

 



          

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