martes, 23 de mayo de 2017

Noticias de la familia Mars (Francia/2016). Dirección: Dominik Moll. Elenco: François Damiens, Vincent Macaigne, Veerle Baetens, Jeanne Guittet, Tom Rivoire. Guión: Gilles Marchand, Dominik Moll. Fotografía: Jean-François Hensgens. Edición:  Música: Adrian JohnstonDistribuidora: Zeta Films. Duración: 101 minutos. Salas:

Por Hernán Cortés

Transcurrida buena parte de Noticias de la familia Mars, a quienes siguen regularmente la cartelera local les resultará inevitable asociarla con Graduación, película rumana estrenada hace un par de semanas. En ambos films uno no puede menos que pedir piedad con sus protagonistas, víctimas de una andanada de difucultades que se les van presentado sin solución de continuidad. Pero si en la película de Cristian Mungiu las penurias de su personaje principal responden a un envileciminto social, la propuesta de la francesa Dominik Moll ya roza el ensañamiento gratuito.


Es que al pobre de Philippe Mars (François Damiens) no le falta nada. Este ingeniero informático divorciado se ve obligado a hacerse cargo de sus dos hijos -un púber y una ya adolescente- debido a un viaje de trabajo de la madre, movilera de televisión. La convivencia no será fácil: el chico, además de iniciarse en el vegetarianismo más radical, transita un despertar sexual que involucra a una compañera de colegio, mientras que su hermana, que no pierde oportunidad de despreciar a Philippe, también atraviesa problemas sentimentales. Las cosas empeoran cuando Philippe aloja también a Jerome (Vincent Macaigne), un compañero de trabajo con graves transtornos mentales (de hecho, casi le arranca una oreja), que irá involucrando a los Mars en sus irrefrenables delirios.

Intercalando elementos surrealistas que no aportan demasiado (los sueños de Philippe convertido en astronauta o hablando con sus padres fallecidos), la dinámica del film es la mera acumulación de situaciones desopilantes. Algunas de ellas arrancan una sonrisa, pero da la impresión que el atractivo de la propuesta se reduce esperar con qué nuevo problema se cruza el buenazo de Philippe, con un final que peca de moralista. Para una comedia que busca entretener, el objetivo está saldado.

          

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