martes, 24 de marzo de 2015

Canadá, 2015. Un gobierno apócrifo promulga una ley que establece que los padres que se sientan incapaces de educar a sus hijos problemáticos tienen la opción de internarlos en un centro especial. Estos títulos le dan inicio a Mommy, aunque nunca se aclaran las características de dicha institución.

Steve tiene quince años y padece de ADHD, un transtorno que produce déficit de atención e hiperactividad. Está internado en un centro  ”normal”, no en uno que propone la ley. Aunque bien podría estarlo:  Steve, que ya había protagonizado otros incidentes, prende fuego la cafetería del lugar, y a su madre Diane no le queda otra que retirarlo y llevarlo a vivir con ella. Pero Diane no las tiene todas consigo. Recientemente viuda y no del todo equilibrada, la despiden de su trabajo justo cuando se suma otra boca más para alimentar.

En Mommy, el joven director canadiense Xavier Dolan vuelve a explorar, al igual que en su opera prima Yo maté a mi madre (2009), los disfuncionales vínculos entre un hijo y su progenitora. Pero si en aquel debut el niño era un pequeño monstruo, aquí se puede hablar de una crisis existencial que padecen ambos personajes. Está claro que en el fondo Steve (Antoine-Olivier Pilon) y Diane (Anne Dorval) se adoran, pero, acaso por conflictos no resueltos en el pasado, son capaces de decirse las barbaridades más hirientes. Ella se embarcará en trabajos precarios (traducciones de cuentos infantiles y limpieza de piletas) para que no le falte nada a Steve, que poco a poco se tornará más ingobernable. Solo la llegada de Kyla (Suzanne Clément), una vecina retraída hasta con su propia familia, podrá poner algo de calma a esta relación al borde de la psicosis.

Filmada en 1.1 (formato en vertical que da un adicional aire de opresión a la pantalla), Mommy está sostenida por el enorme tour de force entre la hiperquinesia de Pilon y la abnegación de Dorval, algunas de cuyas escenas son de una belleza cinematográfica poco frecuente. Un ejemplo entre muchas podría ser aquella en la que Steve canta en un karaoke una canción de Andrea Bocelli (la elección de las músicas es más que acertada).

La fluidez de los diálogos es otro punto a favor de la película: más allá de los epítetos que se arrojan sin piedad madre e hijo, hay otras conversaciones de notable credibilidad, como las que mantienen Diane y Kyla, a esta altura una especie de medium entre dos personalidades al límite. Es que, en este triangulo de opuestos, todos tendrán que aprender algo del otro.

Merecidamente elogiada en el último Cannes (ganó el Premio Especial del Jurado), Mommy llega este jueves a las salas argentinas. Aunque recién estamos en marzo, va a ser difícil que no figure entre las tres o cuatro mejores películas del año.



Mommy se estrena este jueves 26 en la siguientes salas:

Village Recoleta

Village Pilar

Arteplex V. del Parque

BAMA Cine Arte

Showcase Norte

Atlas Patio Bullrich

Cinemacity Gral. Paz

Cine Lorca

Arte Multiplex Belgrano

Belgrano Multiplex

Cinema Paradiso La Plata

Showcase Belgrano

Showcase Córdoba

Dino Ruta 20 – Córdoba

Cines del Centro Rosario


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