miércoles, 30 de julio de 2014

Transcurridos los primeros minutos de Los insólitos peces gato se advierte que algo no anda bien en la vida de Claudia. A sus veintipocos años, la vemos despertar en su cochambrosa habitación y dirigirse casi arrastrando los pies a su monótono -y alienante- trabajo como promotora en un supermercado del DF mexicano. En su cara hay frustración y pocas perspectivas a futuro. Pero esa existencia gris da un vuelco cuando, en la guardia de un hospital, Claudia conoce a Marta, una mujer internada cuya vida -a pesar de estar rodeada de cuatro hijos- tampoco es un lecho de rosas.

Con un exitoso paso por el Festival del Mar del Plata el año pasado (fue elegida Mejor Película Latinoamericana), Los insólitos peces gato está basada en una experiencia de Claudia Sainte-Luce, su directora. No en vano bautiza a la protagonista con su nombre de pila. Y la Marta de la película está inspirada en una Marta real, portadora de HIV, a quien Sainte-Luce la conoció en sus dos últimos años de vida. Si bien se trata de un homenaje personal, el film está tan bien trabajado y tan lejos de los golpes bajos que genera inmediata empatía.

Volviendo a la trama, cuando Claudia apareció en su vida, Marta se estaba muriendo. No tardan en simpatizar, ya que, posiblemente, no las una el amor sino las carencias (de contención, de estabilidad, de horizontes). Inmediatamente, Claudia pasa a formar parte de la tribu de Marta, compuesta de tres chicas entre la pubertad y la adolescencia y un menor, y cuando se quiere dar cuenta, está conviviendo con ellos. Claro que esto generará algunas rispideces iniciales, sobre todo por parte de la hija mayor, quien ve en peligro su “territorio”.
La familia de Marta está a un paso de poder calificarse como disfuncional (las chicas la quieren y la cuidan, pero no están lo suficientemente maduras). Así y todo, Claudia -que también carga su propia cruz, como se develará- emerge como la mas cuerda en ese universo ciento por ciento femenino y tomará a esa familia como una causa personal, quizás como el sentido de su propia vida.
El dolor sobrevuela la hora y media que dura Los insólitos peces gato, pero la habilidad de Sainte-Luce reside en no regodearse y mostrarlo desde una distancia sutil (el virus es apenas mencionado). Estamos, ante todo, frente a un film de vínculos, de amistad, de crecimiento y, por qué no, también de esperanza, aún ante lo inevitable.

Los insólitos peces gato se estrena el jueves 31 en las siguientes salas:
Lorca, BAMA Cine Arte, Artemultiplex, Del Centro (Rosario)



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